Hoy haremos un paréntesis
en nuestra eterna lucha contra el Surface Pro (a quienes se ríen de
mis problemas para arrancar GNU/Linux en este armatoste, les recuerdo
que ni Bill Gates logró instalar la última versión de Windows)
para retomar dos secciones de este blog que estaban algo abandonadas,
los tebeos y los juegos de rol.
Dentro de los juegos de
rol, los que más me interesan no son los de fantasía, terror o
ciencia-ficción, sino los de superhéroes, no sólo por mi pasión
por este género, sino porque sus reglas, si son lo bastante
versátiles para representar la miríada de héroes y villanos que
aparecen en estas historias, pueden utilizarse para describir
prácticamente a cualquier personaje de ficción, desde el Q de 007
hasta el Q de Star Trek: La Nueva Generación.
Estas últimas semanas,
cuando no estaba trabajando o peleándome con el ordenador, aproveché
para estudiar las reglas de la tercera edición de Mutants &
Masterminds, un juego de rol cuyas versiones anteriores no me habían
convencido. Aunque esta edición contiene mejoras notables, también
presenta algunas carencias que para mí son inaceptables (y que quizá
explique en otra ocasión).
El caso es que, cuanto
más leía el manual de Mutants & Masterminds, más me daba
cuenta de las virtudes de BASH, el juego de rol que utilizamos para
definir a Barney Stinson y que nos servirá para describir a uno de
los protagonistas de Agentes de Atlas. Teniendo en cuenta que el
autor de este blog es feo a más no poder, no
debería sorprenderles que el elegido sea Ken Hale, el Hombre Gorila.