Shemer Olufunmilayo
detesta hacer promesas porque las cumple. Le cuesta horrores, y a
menudo tiene que soportar el desprecio y la humillación para
conseguirlo, pero las cumple. Así pues, si Shemer Olufunmilayo
prometió que dedicaría una entrada de este blog a Deadwood, se hace
y punto.
Ahora viene lo difícil.
Teniendo en cuenta que el protagonista es un proxeneta malhablado,
cuyos tacos sonrojarían a Jesús Gil y Camilo José Cela, ¿será
capaz ese ser deforme y contrahecho, salido de las profundidades del
África ecuatorial, de escribir una reseña de esta serie sin decir
ni una sola palabrota ni recurrir a la Ciencia de la P, para no ofender a las lectoras decentes de este blog (valga la redundancia)?
Desafío aceptado.