Los que me conocen saben que llevo años diciéndolo: si una película o serie está protagonizada por Emily VanCamp, es que transcurre en el universo Marvel. De Everwood a The Ring, pasando por las películas de Antena 3 a la hora de la siesta, si la señorita VanCamp figura en el reparto, la historia siempre estará ambientada en ese mundo de genios atormentados que esconden su dolor tras una máscara de hierro.
Yo pensaba que la segunda parte del Capitán América sería suficiente para convencer al escéptico más recalcitrante de la validez de mi teoría, pero si hay algo que caracteriza a las señoras decentes que leen este blog (valga la redundancia) es lo que les gusta llevarme la contraria, con razón o sin ella.
Y digo yo: si ya demostré hace unos meses que Juan Pablo II era un superhéroe de la Marvel, ¿por qué les cuesta tanto aceptar que Revenge (pongamos por caso) forma parte de ese Olimpo de dioses radiactivos?
Pues fíjense bien en la foto de abajo, porque pertenece al último tebeo que ha caído en mis manos. Concretamente, en la esquina inferior izquierda.
Yo pensaba que la segunda parte del Capitán América sería suficiente para convencer al escéptico más recalcitrante de la validez de mi teoría, pero si hay algo que caracteriza a las señoras decentes que leen este blog (valga la redundancia) es lo que les gusta llevarme la contraria, con razón o sin ella.
Y digo yo: si ya demostré hace unos meses que Juan Pablo II era un superhéroe de la Marvel, ¿por qué les cuesta tanto aceptar que Revenge (pongamos por caso) forma parte de ese Olimpo de dioses radiactivos?
Pues fíjense bien en la foto de abajo, porque pertenece al último tebeo que ha caído en mis manos. Concretamente, en la esquina inferior izquierda.
Y ahora, si me disculpan, he de hacer mi ronda nocturna por los tejados, que el Doctor Octopus está muy pesado últimamente.
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