jueves, 27 de junio de 2013

Disco del Día: Disraeli Gears

Shemer Olufunmilayo no fuma ni bebe (a veces dice palabrotas). Por no tomar, no toma ni cocacola. Huelga decir que no ha probado en su vida sustancias ilegales. Por lo tanto, cuando oye según qué discos, lo primero que se pregunta es si lo estará haciendo bien. Poner un disco de rock psicodélico sin tomar LSD es como ir a The Rocky Horror Picture Show vestido como las personas: prohibido, lo que se dice prohibido, no está, pero luego no se quejen si la policía del pensamiento les hace unas preguntas a horas intempestivas.


Así pues, la crítica de hoy será más desacertada que de costumbre, pero ya han muerto demasiados buenos músicos por la droga como para tomarse a broma este asunto. Eso sí, el disco nos lo hemos comprado. Y en vinilo. Que el CD lo teníamos desde hace años.


A ustedes que sólo conocen al Eric Clapton desintoxicado de los últimos años, el de Tears in Heaven en adelante, les costará creer que en su juventud fuera uno de los melenudos politoxicómanos de Cream. Yo prefiero el blues yeyé de sus primeros años en los Yardbirds, pero de eso hablaremos otro día.

No deja de ser irónico que Clapton, un purista del blues, se fuera de los Yardbirds porque no le gustaba la deriva melódica que estaba tomando el grupo con tal de enloquecer a las fans... Y que su nueva banda, los Cream, siguiera el mismo camino, pero según la moda musical del momento. Las adolescentes histéricas son adolescentes histéricas, ya se tiren de los pelos por los Bay City Rollers o Justin Bieber. (Aunque los primeros tenían mucha más elegancia en el vestir, dónde va a parar.)

Disraeli Gears fue el punto de inflexión de Cream, pasando del blues-rock de su primer disco a la psicodelia que hacía furor en 1967. La portada no deja lugar a dudas. Comparen la ilustración que hemos puesto más arriba con la foto de Fresh Cream, su primer disco, que podría haber sido primera plana de cualquier número de la revista Adiós.


La canción más popular del disco, y probablemente del grupo, es Sunshine of Your Love, quizá porque son muchos años oyéndola en los Simpson cada vez que sale algún hippy. Pero en modo alguno es la mejor.

Mi favorita, por razones que no necesito explicar, es la melancólica recreación de los himnos homéricos en Tales of the Brave Ulysses. Pero si lo que ustedes quieren es pasárselo bien, prueben SWLABR. Es una broma musical dedicada a todas esas seguidoras locucias de que hablábamos antes, magistralmente descritas en el estribillo:

You've got that pure feel,
Such good responses,
But the picture has a moustache.

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