lunes, 17 de junio de 2013

Disco del Día: Game of Thrones Season 2

Lo malo de escribir un blog con una audiencia tan selecta es que todas sus lectoras son señoras decentes, por lo que no hay manera de hacer una reseña sobre Juego de Tronos. Y es una lástima, porque si no fuera por la sobredosis de Ciencia de la P, es una historia que haría las delicias de grandes y pequeños.


Así que no puedo contarles, y bien que lo siento, las desventuras de personajes tan fascinantes como Lord Petyr Baelish, más conocido como el Meñique. Un hombre que, gracias a su inteligencia y ambición, consiguió ascender desde sus humildes orígenes hasta convertirse en uno de los ministros más influyentes de la corte. Pero ni todos sus títulos y riquezas son suficientes para conquistar a la única mujer que ha amado, Lady Catelyn Stark. Para la austera dama de Invernalia, su eterno pretendiente siempre será un vulgar proxeneta. (Supongo que tampoco ayuda que orquestase el asesinato de su marido, pero ya saben lo que algunos estamos dispuestos a hacer con tal de ofrecer un hombro donde llorar.)

Afortunadamente, el veto a la Ciencia de la P no alcanza a la música, donde no se puede incurrir en tales excesos, por razones obvias... A menos que se trate de Blink 182. Y hasta aquí puedo leer de la tarjetita.

Por lo que esta semana, en nuestro rincón de crítica musical, nos ocuparemos de la banda sonora de la segunda temporada de Juego de Tronos. La partitura es obra de Ramin Djawadi (compatriota de Angela Merkel, como su nombre indica), un discípulo de Hans Zimmer que también ha compuesto la música de películas como El Hombre de Hierro (me niego a decir Aironmán) y series como La Pasión 2: La Venganza (perdón, quise decir Vigilados: Person Of Interest).

La primera pista, no podía ser de otro modo, es el tema de la serie, que ya se ha convertido en una de las sintonías más populares de la televisión, gracias en parte al impresionante mapa de Poniente que acompaña sus notas. Los demás temas son el acompañamiento musical de las escenas más importantes de esta segunda temporada.

Algunas de estas piezas son simples arreglos de la sintonía de la serie para adecuarlas a la tensión del momento, como Don't Die With A Clean Sword o Stand And Fight. Esto no significa que sean malas melodías (Mother of Dragons tiene un crescendo impresionante), sólo que carecen de la identidad propia que encontramos en la vigorosa What Is Dead May Never Die.

La ambientación oriental de algunos episodios se refleja en la mediocre Qarth y las mucho más inspiradas Valar Morghulis (sin duda, el tema más original del disco) y House Of The Undying, con su atmósfera fantasmagórica.

El tema más flojo es I Am Hers, She Is Mine (la obligatoria balada romántica empalagosa), seguido de Three Blasts (la no menos inevitable música de sustos). Tampoco encaja muy bien con el resto del disco su única canción, The Rains Of Castamere, interpretada por The National.

Por contra, Wildfire es una pequeña maravilla que nos devuelve al mundo primitivo de los Siete Reinos en toda su majestuosa crudeza. Después de oír la pista número 8, comprenderán por qué el maestro Zimmer se fijó en el joven Djawadi para hacerle los arreglos de Batman Begins.

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